sábado, 18 de septiembre de 2010

Bulgaria

Curiosos los mapas y las fronteras, que para unir dos puntos cercanos en el mapa haya que dar rodeos indescriptibles hasta hallar el camino, más curioso aún el gremio de los taxistas, única especie que no cambia con los países, siempre dispuestos a cobrarte el doble de lo que vale la carrera si te ven perdido con una mochila a cuestas.
Reflexiones aparte, escogimos para entrar en Bulgaria desde Rumania, el paso fronterizo de Bechet-Orjahovo, pensando que sería romántico cruzar el  Danubio en barco, pues no, de romanticismo poco, cruzamos en una balsa atestada de camiones y una vez en Bulgaria no nos quedó otra opción que caminar hasta Orjahovo, pueblo descascarillado, en el cual nadie había arrancado una hormigonera después de la época de  Breznev al menos, tres horas y múltiples conversaciones de símbolos nos costó salir de allí.
Hicimos noche en Pleven, ciudad emblema del nacionalismo búlgaro, por ser aquí donde se inicio la revuelta contra los otomanos, como la mayor parte de los lectores de este blog saben, Bulgaria estuvo bajo la dominación turca  500 años, y fue el 11 de Setiembre de 1878 cuando los búlgaros con la ayuda imprescindible de los  rusos y rumanos  iniciaron la reconquista de su territorio y lograron la independencia. En Pleven, es visita imprescindible el Panorama, museo inaugurado en 1978, para rememorar el centenario de la revolución.
Siguiente parada en nuestro viaje hacia el Mar Negro, Veliko Tarnovo, una suerte de Cuenca encaramado en los meandros del rio Yantra, fortaleza medieval de Tsarevets y visita a Arbanassi nos mantienen ocupados.
Como tenemos ganas de descansar unos días antes del abordaje de Estambul, nos dirigimos hacia el Mar Negro menos turístico,  cerca ya de la frontera con Turquía y por recomendación de Adolfo. Llegamos a Sinemorets, pueblo costero enclavado dentro de un parque natural que todavía conserva playas no urbanizadas de aguas limpias color turquesa, gracias a que en tiempos de la URSS era parte de la zona de seguridad de la frontera. La crisis ha dado una prorroga a Sinemorets y muchos proyectos de macrohoteles se han paralizado, no obstante no impidió que en primera línea de costa  ocupando un lateral de la playa y con capital español hayan colocado un complejo hotelero de mas de 300 habitaciones, al mas puro estilo del Algarrobico en Cabo de Gata. La desvergüenza no conoce fronteras.
La gastronomía no resulta especialmente destacable, mucha patata,  carne y mucho queso, algunas variedades de ensalada con yogur, la inevitable rusa y musaka. Es de justicia decir que los tomates y pimientos mas ricos que hemos comido en mucho tiempo los hemos comido en Bulgaria. En la costa se come más pescado, ya a precios de euro, doradas , mejillones, pulpo y otras variedades de pescado que no logramos identificar, aunque a mi lo que mas me presta son las cervezas, muy ricas a precios mas que razonables
Si la entrada en Bulgaria fue curiosa no fue menos la salida, cruzando a pie el puesto fronterizo de Maliko Tarnovo frontera turca, los motivos que nos hicieron llegar a esa situación prefiero reservármelos y solo los hare públicos en presencia de una buena botella de vino. ¡salud!

2 comentarios:

  1. Hola. Ya sigo el blos de marras. mu interesante. De la entrada de hoy me gusta especialmente la segunda foto, tengo debilidad por los edificios y máquinas muertos.

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  2. Veo con preocupación que entre las fotos no sale ninguna estatua de Jorge Dimitrov, quien es sin duda el Búlgaro más grande y universal de todos los tiempos.

    Como la mayoría de los lectores de este blog sabrán, si no todos, acusado Dimitrov por los nazis de haber tomado parte en la quema del Reichtag fue llevado a juicio en los Procesos de Leipzig, pantomima montada por el régimen dirigido por Hitler.

    No les saldría bien sin embargo el montaje, pues Dimitrov a lo largo de dicho juicio se encargó de su propia defensa y dejó para la historia magníficos discursos contra sus acusadores que le hicieron muy conocido y popular en la época.

    Tras la segunda guerra mundial llegaría a ser un gran presidente de Bulgaria, si bien desgraciadamente murió prematuramente en 1949. ¡Sea loada su memoria y cunda su ejemplo entre nosotros!

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