miércoles, 22 de diciembre de 2010

Varanasi



Nos habían advertido de la fuerza de Varanasi, de su capacidad para echarte si no le gustas. Nosotros siempre escépticos pensamos que serían más bien leyendas hasta que nos tocó a nosotros,  Bea ya llegó un poco enferma y yo al tercer día caí también con diarrea y fiebre. Solo fue mediante el  diálogo directo y nuestra capitulación que las cosas empezaron a arreglarse y pudimos quedarnos bajo sus condiciones, incluso los dos últimos días llegamos a disfrutar de su magia.

En Varanasi la vida y la muerte van constantemente de la mano y es en los ghats, escalones  a lo largo del curso del Ganges que suben desde este hasta la ciudad, durante unos seis kilómetros, donde esto puede verse en su máxima expresión. Aquí se hacen rituales o pujas, se dan baños purificadores, se incinera a los muertos, se baila, se juega al cricket, se vuelan cometas, se trapichea, se asean los búfalos o se hace la colada. El resto del casco histórico llamado Gudia es un lio de callejuelas estrechas y llenas de basura con poco atractivo.

A la llegada cogimos un hotel justo detrás del principal ghat crematorio, así que todos los días nos cruzamos con porteadores de cadáveres para la pira. El ritual de cremación es un acto perfectamente estudiado, utilizando maderas olorosas para aplacar en la medida de lo posible el olor a carne quemada y en una cantidad que permite la completa incineración del finado. El crematorio funciona veinticuatro horas y a pesar de que existe una alternativa moderna de incineración con tecnología alemana, léase Auswich por ejemplo, estos hornos están básicamente parados. Tradición manda.
 



 
 
Una vez ya curados de nuestras flojeras decidimos mudarnos a Shiva Kashi guest house más céntrica apuntadlo por si venís por aquí, entre el Main ghat y el Tulsi Ghat, por cierto mi zona favorita. Dos días antes de nuestra llegada había estallado una bomba en el ghat principal, parece ser obra de los hijos de Alá, matando a dos personas e hiriendo a treinta por lo que la ciudad está tomada por la policía, instalan detectores de metales y nos revisan la mochila cada día en una absurda operación de imagen. Muchos turistas cancelaron sus reservas y otros se fueron, por lo que disfrutamos de la ciudad sin muchos extranjeros pero somos el centro de atención de todos los negociantes y tenemos que apurar el paso cuando paseamos.

Nuestra estancia en India se acaba, ya solo falta la última parada en Calcuta antes de coger el avión, llegamos de mañana y con la ventaja de que es Domingo y la ciudad está tranquila, paseamos con nuestras mochilas desde la estación hasta el hotel. Se ve que Calcuta debió de ser una ciudad impresionante allá por los años cuarenta y cincuenta, con edificios espectaculares pero que ahora están totalmente en estado de abandono o ruina. No obstante la ciudad tiene otro aire, diferente a Delhi por ejemplo, con amplias avenidas y un centro bastante organizado.

Han sido sólo dos meses, poco para llegar a conocer este país pero suficiente para hacernos una idea de lo que queremos visitar la próxima vez, por lo que vimos y por lo que nos contaron prometemos volver a las montañas del Himalaya y a la provincia de Kerala situada en el extremo sudoeste del subcontinente.  Creo que tuvimos mucha suerte con la elección de las fechas, Octubre, Noviembre y Diciembre son ideales, con temperaturas suaves y sin lluvias Volveremos para recorrer el país en moto de Norte a Sur, ojalá a lomos de una Royal Enfield , no sé cuando, pero volveremos.

 
 


























2 comentarios:

  1. Por lo que yo había oído el quemar a los muertos únicamente está al alcance de las familias con ciertos recursos; sobre todo quemarlo entero, ya que existe la posibilidad de quemarlo parcialmente, con menos madera de la necesaria pero más barato.

    La gente más pobre echa a sus muertos al Ganges envueltos en sudarios, ya que según la tradición este río lleva al paraíso. Realmente como la tradición también dice que todos los ríos desembocan en el Ganges cualquiera es bueno para echar a los muertos.

    No sé cómo estará esto hoy en día. ¿Visteis cadáveres flotando en el río?

    Lo de la diarrea no debe sorprenderos, ya que a todo occidental le entra con acercarse a menos de 10 kilómetros del río. En la foto donde Bea bota la barquilla... ¿no habrá tocado el agua, no?

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  2. Me gusta mucho una foto,un ángulo picado del río, muy simétrica.
    Y...que se os echa de menos.
    Besos.

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