jueves, 2 de junio de 2011

Bukittinggi-Jakarta



Después de una semana en Danau Toba tocaba moverse, decidimos irnos a Bukittinggi ya que queda en nuestro camino planeado hacia el Sur, a no más de trescientos kilómetros la única forma de llegar es en autobús, para ello se nos plantean dos opciones autobús turístico  nocturno durante quince horas o un indeterminado número de transbordos y horas en transporte local. Como tenemos más tiempo que dinero elegimos lo segundo, que además tiene la ventaja de que podemos ver el paisaje y bajarnos en cualquier momento si estamos cansados o volvemos a toparnos con un conductor de autobús anfetamínico. El trayecto nos llevó dos días enteros de la mañana a la caída de la tarde, ocho horas de jornada laboral, en minibuses atestados sin aire acondicionado que pusieron a prueba la resistencia de nuestros traseros.

Bukittinggi está situado a mas de novecientos metros sobre el nivel del mar con temperaturas suaves, es un centro comarcal con un mercado inmenso al que acuden la gente de pueblos cercanos a vender su mercancía y a aprovisionarse. Desde aquí se divisan tres volcanes: Merapi, Singgalang y Sago. Es un buen lugar para hacer un poco de turismo activo, ver la flor más grande del  mundo la rafflesia o hacer una inmersión en la antigua cultura indígena Minangkabau, responsables de la gastronomía típica de la zona la “cocina Padang”  y del idioma más utilizado en Indonesia el bahasa que deriva fundamentalmente de su dialecto malay. A escasos cinco kilómetros esta el pueblo de Koto Gadang, con casas coloniales holandesas de principios del siglo pasado y con una población dedicada a la orfebrería. Hay muy poco turismo extranjero así que nos pasamos el día saludando: “hello mister o hello miss”, al final del día te pueden haber saludado así no menos de doscientas personas.








Efectos del terremoto de 2008 en Maninjau


El Sur de Sumatra cuenta con pocos atractivos y difíciles comunicaciones así que ante la perspectiva de pasarnos cuarenta horas en autobús por carreteras infernales decidimos coger un atajo aéreo hasta Yakarta.  No nos detenemos más de lo imprescindible ya que la ciudad es un mamotreto de más de diez millones de personas con toda la desorganización propia del sudeste asiático, embotellamientos de tráfico y bastante contaminación.


  
Danau Maninjau





De nuevo viajamos en tren, otra vez en la clase más económica, una marabunta de gente ocupa el pasillo durante todo el trayecto: vendedores ambulantes de todo tipo de comidas y bebidas, gafas, gorros, baterías de móvil, pegatinas, cualquier cosa vendible, gente tocando la guitarra, ladyboys, ciegos con lazarillos, decenas se cruzan en el pasillo, no descansan durante todo el trayecto. Es un autentico festival popular, compartimos comidas, conversaciones y sonrisas. Un autentico placer. Las nueve horas que separan Yakarta de Yogyakarta se pasan volando.




1 comentario:

  1. ¿¿¿habeis visto ya la rafflessia??? Hacedle una foto si podeis, por fa...y cuidado que huele muy mal.

    besos preciosuras

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